TEMA DE LA SEMANA: VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO

Esta semana hablamos de la violencia de género, concretamente en parejas jóvenes durante el noviazgo. Como siempre espero que os animéis a ser partícipes tanto del blog, como de mis propuestas.

Las situaciones de violencia y maltrato son muy frecuentes en las relaciones de pareja, mucho más de lo que pensamos.  La violencia en pareja no entiende de edad, estatus social, tampoco conoce de niveles culturales o posición económica.


Una de sus causas es el machismo, donde el hombre considera que la mujer es un ser inferior y a quien debe controlar, dominar y someter. Un ser sobre el cual puede decidir y a quien debe disciplinar, utilizando métodos violentos si fuese “necesario”, llegando incluso a producirle la muerte. A pesar del tiempo transcurrido, estos modelos, aún hoy en el siglo XXI, siguen presentes en la mente de muchas personas, favoreciendo y justificando la actitud violenta de muchos hombres hacia sus parejas.

Factores como el alcohol o las drogas, podrán incrementar y desenfrenar una violencia previamente construida por esta manera de pensar, pero nunca son la causa principal. Por ejemplo, esto se comprueba en muchos hombres que beben alcohol o se drogan y se “permiten” arremeter contra su pareja, sin embargo jamás lo hacen contra un superior (su jefe por ejemplo).

Los padres de las jóvenes víctimas de violencia por parte de su pareja, desconocen lo padecido por su hija hasta que ella regresa a convivir con ellos; o hasta que un episodio de violencia muy grave provoca la intervención de la policía o el servicio de asistencia médica de urgencia.

En el caso de las amistades cercanas, éstas también desconocen la profundidad y gravedad de la violencia, aún cuando a veces han presenciado discusiones entre la pareja, que no asocian a una conducta violenta, y no creen que esas peleas se podrían repetir y agravar en otras circunstancias. Nadie piensa que él puede pasar a la violencia física cuando la pareja se quede a solas.

Muchas veces, no se logra comprender el alto riesgo de esas discusionesy por lo tanto nadie se involucra ni interviene para ponerles fin. La cercanía de los vínculos con ambos integrantes de la pareja les impide creer que ese chico, que jura que la quiere y está perdidamente enamorado de ella, pueda llegar a hacerle daño o puede convertirse en uno de los que aparece en las noticias del periódico.

A pesar de que los tiempos han cambiado y ahora hay más información y recursos sobre el tema, el porcentaje de denuncias o de solicitud de ayuda por parte de las jóvenes es aún muy bajo. Son varias las razones por las cuales las jóvenes no cuentan a nadie la violencia que sufren, entre las cuales siempre está presente el miedo a qué pasará. Tenemos que hacer todo lo posible por hacer desaparecer ese miedo y que se encuentren con el valor suficiente para denunciar antes de que sea demasiado tarde.



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